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Volumen 20, No 3 (2014).
ISSN: 1561-2937
Publicada por ECIMED

Carta al editor
COLECCIÓN TODO POR EL LOGO

“No se puede tapar la aterosclerosis con un dedo”

Dr. Vladimir Rodríguez Rodríguez1

1 Servicio de Cirugía Cardiovascular. Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.
Correspondencia: Servicio de Cirugía Cardiovascular. Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. La Habana.
Email: vladirdguez@infomed.sld.cu

Desde el siglo pasado la comunidad científica internacional, además de los medios de difusión masiva, sitios en internet, entre otros, vienen advirtiendo sobre los efectos dañinos que pueden producir: el sol, las tormentas geomagnéticas, los protones, los electrones y muchos términos que para la mayoría de las personas son irrelevantes. En estos tiempos, en los cuales nuestra curiosidad por temas apocalípticos nos lleva a escarbar en cuestiones que generalmente no atraen la atención en tiempos normales, se publica un trabajo en la Revista cubana de cardiología y cirugía cardiovascular, que si bien aborda un tema que no resulta del todo novedoso, no deja de ser interesante y enigmático.

El Sol, además de emitir la energía imprescindible para la existencia de la vida; también emite, siguiendo determinados ciclos, una gran cantidad de energía en forma de radiación, que siguiendo las líneas del campo magnético interplanetario, se propaga en forma de viento solar1, pudiendo éste interceptar a nuestro planeta al cabo de dos o tres días según sea su velocidad y provocar las llamadas “tormentas geo magnéticas” entre otros fenómenos geofísicos2. En el campo de la salud, en 1935 Düll y Dey hallaron correlaciones entre perturbaciones geomagnéticas y tasas crudas de mortalidad; ya en la última década se han realizado un número creciente de estudios sobre los efectos de las variaciones en la actividad solar y geomagnética sobre la salud humana3-12. Se trata de un tema que genera mucha controversia y aún se generan opiniones a favor y en contra de la existencia de correlaciones, así como resultados que, muchas veces, se contradicen de un trabajo a otro13,14.

En nuestro país, este tema no ha dejado de despertar interés y ha estado liderado por Sierra- Figueredo y colaboradores, quienes presentaron en la Primera Convención Cubana de Ciencias de la Tierra, Geociencias 200512, La Habana, un estudio titulado: “Frecuencia de morbilidad por infarto agudo del miocardio y su relación con las tormentas solares y geomagnéticas”, el cual recientemente, en el 2011, fue referenciado en un estudio sobre el tema realizado en Uruguay14.

Una gran dificultad resulta la determinación de las características de la actividad solar y geomagnética que mayor incidencia tienen en la salud humana. Ejemplos de estos parámetros pueden ser:

o El decaimiento de Forbush (el rápido decaimiento en la intensidad de los rayos cósmicos, que sigue una eyección de masa coronal).

o El número de manchas solares o los índices de tormentas geomagnéticas (índice K, que cuantifica las perturbaciones de la componente horizontal del campo magnético terrestre en un rango de 0 a 9).

o El índice G: tormenta geomagnética de 1 a 5.

o El índice Ap asociado a las tormentas solares, que se obtiene de sacar la media de los ocho valores de ap para cada uno de los días.

Se señala que el decaimiento de Forbush constituye el indicador más sensible en la conexión entre perturbaciones geomagnéticas y parámetros de la salud, como la incidencia de enfermedades isquémicas del corazón15-19. Se ha observado la existencia de un aumento de la cantidad de infartos de miocardio luego de tener índice geomagnético Ap alto o durante díías de decaimiento de Forbush4,16. Por otra parte, en un estudio de diecinueve años realizado en Tailandia, se encontraron correlaciones lineales significativas entre la cantidad de manchas solares y las tasas de mortalidad por cáncer de mama, suicidio, hipertensión y enfermedades cerebrovasculares3. Entre los posibles mecanismos que pueden llegar a explicar cómo el número de manchas solares y los índices de actividad geomagnética se relacionan con efectos sobre la salud humana, está el rol de la Resonancia de Schumann. La actividad solar y geomagnética induce cambios en la intensidad de la Resonancia de Schumann alterando los niveles de melatonina en humanos, específicamente el balance de melatoninaserotonina, que afecta a muchas funciones fisiológicas (la presión sanguínea, la respiración y los sistemas inmunológico, reproductivo, cardiaco y neurológico); evento que ocurre debido a que la señal de Resonancia de Schumann se sincroniza con los patrones de frecuencias extremadamente bajas del cerebro y contribuye a la sincronización diaria del ritmo circadiano. El ritmo circadiano se encuentra asociado con la secreción de melatonina, la cual, en caso de disminuir, puede asociarse con numerosas enfermedades, entre otras, las patologías cardiovasculares y el cáncer4,9. Las variaciones en el campo geomagnético, especialmente aquellas de baja frecuencia, penetran fácilmente el tejido humano; algunos autores hallaron una correlación significativa entre parámetros humanos y resonadores naturales durante el monitoreo de electrocardiogramas y electroencefalogramas. El estudio de las pulsaciones pc1 es importante, ya que su rango de frecuencias y sus armónicos coinciden con los principales biorritmos humanos; a su vez es probable que la ocurrencia de pulsaciones pc1 genere una reacción de stress en el estado del sistema cardiovascular. Por lo tanto, podrían ser éstos y otros los eslabones en la relación entre factores heliogeomagnéticos y la salud humana. De todas formas, se hace necesario estudiar con mayor profundidad estas conexiones antes de apresurar conclusiones6, 8, 9. Resulta realmente complicado el entendimiento de tantas variables físicas y sus posibles relaciones en el campo de la salud humana y más aun se deben revisar los estudios realizados hasta la fecha para determinar el nivel de evidencia que soportan sus conclusiones. Si bien los resultados obtenidos indican que existe una asociación positiva, es evidente que no se puede atribuir este tipo de enfermedades solamente a factores relacionados con la actividad solar. Nuestras autoridades sanitarias han restado importancia a este factor, pues no se emiten partes, ni pronósticos del tiempo que informen de estas tormentas, ni se divulga como evitar o prevenir los posibles daños a la salud.

Numerosos factores, establecidos en el tiempo, juegan un rol importante en el estudio de estas patologías, lo que no hace fácil poder aislar el efecto de una sola causa sobre ciertos aspectos de la salud humana. Es un hecho cierto que en más del 90% de los casos la causa de un infarto agudo del miocardio es la disminución del riego coronario debido a la obstrucción aterosclerótica de las arterias coronarias y los fenómenos relacionados con la misma, como la obstrucción coronaria fija, el cambio brusco de la placa, el trombo coronario y la vasoconstricción local20. Este flagelo constituye, sin duda alguna, la brújula a seguir en los enormes intentos por continuar disminuyendo la incidencia del infarto y sus complicaciones. Por todo lo expuesto pensamos que el sol no ha podido hasta hoy eclipsar la aterosclerosis.

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Recibido: 12-11-2014
Aceptado: 17-11-2014

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